Enamorados del asesino

No es el primer ejemplo de criminal que levanta pasiones, pero la mezcla de circunstancias del ‘caso Mangione’ (juventud, belleza, causa y huella digital) han convertido al joven detenido por asesinar a un capo de las aseguradoras estadounidenses en un antihéroe crepuscular

Hay un Luigi (gorra y peto de color verde, bigote frondoso y figura espigada) que lleva cuatro décadas siendo un icono de los videojuegos y cuyo merchandising ha generado más de 36.000 millones de dólares en beneficios. Y sin embargo es, ahora mismo, el segundo Luigi más famoso del mundo. El primero tiene 26 años, es un estudiante brillante, proveniente de eso que alguien llamaría buena familia conservadora y anónimo hasta hace dos días.

Entonces Luigi Mangione fue arrestado como principal sospechoso del asesinato de Brian Thompson, consejero delegado de UnitedHealthcare. Los supuestos detalles sobre su vida están por todas partes (por ejemplo, en este completo perfil publicado en EL PAÍS), pero las redes sociales han intentado añadir más, hasta los inimaginables, fascinados por una reducción de los hechos que nos lleva hasta este punto: un joven atractivo e idealista ha matado a un monstruo de las grandes corporaciones chupópteras.

Muy activo en las redes, Mangione habría dejado un reguero de información que dibuja un perfil inmediato y certero de quien es o de quien quería parecer. Hasta hace no mucho había que esperar a que un escritor sagaz o una cohorte de psiquiatras tuviesen acceso exclusivo a un acusado o un criminal. Hoy basta con un vistazo a lo más escuchado de su Spotify para hacernos una idea de quién es. Por aparecer, han aparecido ya supuestas fotografías de su cuerpo desnudo que, en algún momento, habría mandado a alguien que quisiese verlas. Hoy, si atendemos a las plegarias de redes sociales como X y otras con nombres menos aptas para todos los públicos, las quieren ver millones de personas.

Es posible que todas esas pistas sean reales o no: su perfil de Spotify, sus fotos de contenido erótico o su supuesto perfil de Tinder. Cualquiera con un móvil podría falsificar capturas. Por falsificar, hay voces ya que aseguran que el falsificado es él, que el asesino de Thompson es otro hombre (”¡fíjense en el entrecejo!”) y su detención es una farsa. Lo que es auténtico es la fiebre que ha despertado: un supuesto asesino es el antihéroe que cierra 2024, el año en que la podredumbre mental que dejan las horas expuestos a contenido sin control en las redes sociales (brain rot) es la palabra del año para el Oxford Dictionary. Podrido nos ha definido a todos.

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Valeria Talavera. – Asistente Web Digital

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