Alrededor de 150.000 personas han sido desplazadas de las zonas próximas a la frontera entre el Líbano e Israel. Los libaneses viven atemorizados ante el aumento de los combates entre Hezbolá y el Ejército israelí.
Cuando comenzó la última ronda de combates entre Israel y el grupo militante libanés Hezbolá, la libanesa Malak Daher esperaba que sólo durara unos días.
«Es muy duro estar tan lejos de tu vida», dice esta mujer de 30 años, desplazada de la ciudad meridional de Meiss El Jabal, situada casi directamente en la frontera entre Líbano e Israel, donde se centran los combates. «Sientes que tu vida está en suspenso. Como si la vida siguiera en otra parte, pero tu propio tiempo se hubiera detenido».
Pero los combates entre Hezbolá -el grupo chií libanés al que varios países, entre ellos Estados Unidos y Alemania, han clasificado como organización terrorista-, y las fuerzas armadas de Israel no han terminado. De hecho, en las últimas semanas parecen haberse recrudecido.
Daher sobrevivió a la guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá, en el sur del Líbano, pero afirma que aquello no le pareció nada comparado con el actual intercambio de agresiones.
A principios de junio, grupos de derechos humanos denunciaron que Israel había disparado munición de fósforo blanco sobre ciudades libanesas, lo que constituye una violación del derecho internacional humanitario. Mientras tanto, Hezbolá ha lanzado más de 160 cohetes contra Israel en represalia por el asesinato israelí de dos de sus comandantes.
Desde el ataque dirigido por Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, en el que murieron unas 1.200 personas, la situación en la frontera entre Israel y Líbano es cada vez más tensa.
La Unión Europea, EE. UU, Alemania y otros países clasifican a Hamás, que gobierna Gaza, como grupo terrorista. Hezbolá, poderoso grupo libanés que desempeña un papel dominante en la vida política y social libanesa, considera a Hamás un aliado, al tiempo que se opone explícitamente a Israel.
Tras dos guerras no concluyentes, una en 1996 y otra en 2006, las fuerzas israelíes y Hezbolá han preferido atacarse mutuamente en sus territorios, sin un gran recuento de víctimas.
Temor de una guerra en el Líbano
Sin embargo, desde el 7 de octubre, este tipo de ataques se ha extendido desde ambos lados, tanto en tamaño como en alcance.
Esto ha hecho temer que los disturbios en la frontera se conviertan en una guerra a gran escala. Varios políticos israelíes de una línea más extremista ya han declarado públicamente que Israel debería atacar a Hezbolá ahora, dadas las tensiones en la frontera. Por otro lado, una reciente encuesta popular indicaba que la mayoría de los ciudadanos israelíes, más del 60 por ciento, está de acuerdo actualmente con esta postura.
«Los atentados del 7 de octubre aumentaron drásticamente la inseguridad israelí», sostiene un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un think tank con sede en Washington, publicado en marzo. «Si Hamás, menos armado y entrenado que Hezbolá, puede matar brutalmente a más de 1.100 israelíes, ¿qué podría hacer el más capacitado Hezbolá?».
No está claro si estallará una guerra más generalizada. Los actuales esfuerzos diplomáticos internacionales están dedicados a evitarlo y la mayoría de los expertos sostienen que sería poco inteligente, desde el punto de vista estratégico, que Israel abriera otro frente mientras prosigue sus operaciones militares en Gaza. También señalan que Hezbolá es un adversario mucho mejor armado y más poderoso que Hamás en Gaza.
En cuanto al Líbano, el país lleva años sumido en una crisis económica y política. Aunque la población simpatice con los palestinos –más de 37.000 de los cuales han muerto en Gaza en los últimos ocho meses-, es poco probable que los libaneses -que luchan contra la inflación, el desempleo y la incertidumbre política- apoyen que Hezbolá los arrastre hacia la guerra.
Las autoridades libanesas afirman que, desde octubre de 2023, ha habido más de 375 víctimas mortales en el Líbano, 88 de ellas civiles, como consecuencia de ataques israelíes. Por parte del Ejército israelí, se han contabilizado 18 soldados y 10 civiles muertos por fuego de Hezbolá.
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Carmen Moreno. – Asistente Web Digital