Wirtz, Musiala, Havertz, Fullkrug y Emre Can anotan los tantos locales de un partido que se decidió en la primera parte ante un rival decepcionante y que se quedó con un jugador menos
La carismática Tartan Army, la legión de escoceses que anima a su equipo, se desplazó en masa a Baviera, confiada en poder hincarle el diente a la anfitriona y mostrarle al viejo continente que no habían llegado a Alemania para ser un mero convidado de piedra. En los últimos días, copando Marienplatz y los numerosos bares muniqueses, los escoceses empezaron a creer en el sueño de derrotar al favorito anfitrión. Pero lo cierto es que apenas tardó el sueño en convertirse en pesadilla: los germanos destruyeron al equipo dirigido por Steve Clarke (5-1) en el primer encuentro del torneo, con goles de Wirtz, Musiala, Havertz, Fullkrug y Emre Can. Rüdiger, de manera involuntaria, fue el goleador de los visitantes.
La selección alemana era prácticamente un paria hace poco menos de un año. Una situación anómala, pues Die Mannschaft siempre ha dado miedo, y es una de las eternas aspirantes a vencer en cualquier torneo que participen. Pero lo cierto es que los aficionados de la selección estaban aliviados de no haber tenido que competir en la clasificación para la Eurocopa, dada su condición de anfitrión, pues todos los partidos que disputaban, aunque amistosos, los perdían. Japón, que no es sospechosa de ser un gigante internacional, les humilló el pasado mes de septiembre en Wolfsburgo, venciendo por 1-4. Hans-Dieter Flick, entrenador nacional, fue despedido, una decisión excepcional, por la que nunca tiene que optar la federación.
Con la salida de Flick, llegó el joven Julian Nagelsmann a un banquillo que parecía más una trampa que otra cosa. No ha pasado, desde esta decisión, ni el tiempo de un embarazo, pero todo parece haber cambiado, y las aguas se han tranquilizado. Flick es ahora la esperanza a la que se agarra Laporta y el deprimido barcelonismo, mientras que Alemania parece haber resurgido. Se ha pasado del miedo al ridículo a ser una de las favoritas, como se presumiría en cualquier otro contexto, y más cuando se actúa como local. A ello han contribuido algún que otro buen resultado, pero muy especialmente el retorno de su estrella al equipo, Toni Kroos. El cinco veces campeón de Europa con el Real Madrid quiere poner el fin perfecto a su carrera deportiva levantando la Eurocopa de 2024, la que sería la cuarta copa para su país. De inicio, el plan se ha iniciado a la perfección, ante una Escocia inoperante.
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Carmen Moreno. – Asistente Web Digital