Ambos equipos se jugarán la clasificación a los octavos de final en la última fecha.
Una colección de ocho paradas de todos los colores de Giorgio Mamardashvili, más un penalti transformado por Georges Mikautadze, sostienen aún viva a la selección de Georgia, agarrada a las intervenciones decisivas de su guardameta una y otra vez para retener un punto ante la República Checa, que mereció más que un empate.
En el mercado, a la venta por el Valencia, en el escaparate inigualable de la Eurocopa 2024, Mamardashvili vale más ahora, tras el encuentro de este sábado, que antes, por la colección de intervenciones que reafirmaron su nivel, como la figura insuperable sobre la que construyó Georgia su supervivencia y el primer punto de su historia en el torneo europeo.
Sin él, el resultado probablemente habría sido sonoro, incontestable a favor de la República Checa, que lo puso a prueba de principio a fin. A los dos minutos y medio, ya se multiplicó en dos acciones fenomenales. Uno al suelo, para repeler con el pie izquierdo el primer remate dentro del área.
Otra, segundos después, en vertical, con una mano derecha hacia arriba para despejar a saque de esquina. Su respuesta fue formidable casi todo el duelo.
Igual fue en el minuto 23, cuando los larguísimos y potentes saques de banda de Soucek al área georgiana generaron varias veces la confusión en la defensa georgiana, siempre protegida por un portero de altísimo nivel.
Cierto que el balón terminó en la portería, anulado después por la mano con la que impulsó Hlozek a gol el balón, tanto como que antes, de no ser por Manardashvili, habría sido gol, sin ni siquiera la entrada del VAR.
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Carmen Moreno. – Asistente Web Digital