El juez afirma que ante las “evasivas” del ministro “sólo cabría haber acordado” un registro en la Moncloa para incautarse de la documentación sobre la asistente, aunque admite que es una medida “contraria al principio de proporcionalidad” y plantea que la lleve a cabo el alto tribunal
El juez Juan Carlos Peinado ha enviado una exposición razonada al Tribunal Supremo en la que solicita la apertura de una causa contra el ministro de Justicia, Félix Bolaños. El magistrado le atribuye un delito de malversación por el nombramiento y el control de las funciones de la asistente de Begoña Gómez y otro de falso testimonio por la declaración que prestó cuando fue citado como testigo para dar explicaciones sobre esa contratación, proceso en el que negó cualquier tipo de irregularidad.
En el auto, fechado el 23 de junio, el juez afirma que ante las “evasivas” y “reticencias” del ministro cuando compareció ante él “sólo cabría haber acordado” un registro en la Moncloa para incautarse de la documentación sobre la contratación de la asistente, aunque admite que es una medida “contraria al principio de proporcionalidad” y plantea que la lleve a cabo el alto tribunal.
Ante el juez, Bolaños afirmó el pasado abril que no conocía a la asistente de Gómez y que su primer contacto con ella fue “semanas después” de comenzar a trabajar en la Moncloa en el año 2018. En aquel momento, Bolaños era secretario general de la Presidencia. Además, aseguró que nunca había sido su jefe y que desconocía las funciones de Álvarez como asistente, si bien enmarcó su nombramiento dentro de la legalidad, puesto que se llevó a cabo siguiendo lo que establece la normativa sobre personal eventual.
Fue un tenso interrogatorio, en el que el juez acusó al ministro de contestar con “evasivas” y se permitió cuestionar alguno de sus gestos. “No sé a qué obedece que esboce usted una sonrisa”, llegó a decirle. “Señoría, me está resultando muy sorprendente su interrogatorio, por eso esbozo una sonrisa”, respondió el ministro. “¿No será porque no está usted habituado a un interrogatorio judicial?”, insistió Peinado, a lo que Bolaños respondió que “desde luego” que no estaba acostumbrado.
Dos meses después, el juez Peinado ve un delito de falso testimonio detrás de esta declaración. Sostiene que el ministro omitió “con reticencias maliciosas las correctas contestaciones que respondieran a una verdad que conocía” cuando prestó declaración como testigo y, por tanto, con obligación de decir verdad. Le atribuye “una actitud totalmente proterva”. Esto es, malvada o perversa.
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