Víctor Alejandro Travezaño M.(director de Cooperando)

Donald Trump ha declarado que cree que los días de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela están contados, pero ha descartado una intervención militar directa. Durante una entrevista reciente en el programa 60 Minutes de CBS, el presidente Trump afirmó que “los días de Maduro están contados”, aunque también señaló que “duda” que Estados Unidos entre en guerra con Venezuela; pero no especificó cómo ni cuándo. Mencionó operaciones encubiertas autorizadas por la CIA en territorio venezolano, lo que sugiere presión indirecta. Acciones recientes de EE.UU. Despliegue militar en el Caribe, con ataques a embarcaciones vinculadas al narcotráfico que se presume tienen conexión con Venezuela. Se realizan campañas de presión internacional contra el régimen de Maduro, aunque sin acciones militares abiertas. Maduro ha respondido calificando las declaraciones como una “provocación” y ha reforzado su discurso de soberanía nacional. Aunque Trump ha intensificado la presión sobre Maduro, no hay evidencia clara de que EE.UU. esté planeando una acción directa para “extraerlo” del poder; pero tampoco lo van a mostrar. Las declaraciones parecen más una estrategia de disuasión y presión política que una promesa de intervención.
FACTORES COMPLEJOS INTERNOS Y GEOPOLÍTICOS QUE DIFICULTAN EL OBJETIVO.

La “demora” en la salida de Nicolás Maduro del poder en Venezuela se debe a una combinación de factores complejos que han frustrado los intentos de presión internacional, incluyendo los de Estados Unidos: 1. Control interno del poder. Maduro mantiene el control sobre las fuerzas armadas, los cuerpos de seguridad y las instituciones clave del Estado. Represión y vigilancia han debilitado a la oposición y disuadidos levantamientos populares. 2. Apoyo internacional estratégico: Rusia, China e Irán han brindado respaldo económico, político y militar al régimen. Esto complica cualquier intento de intervención directa por parte de EE.UU. o sus aliados. 3. Adaptación económica del régimen: A pesar de sanciones, el gobierno ha encontrado formas de generar ingresos mediante el comercio de oro, petróleo y criptomonedas. La dolarización parcial ha estabilizado ciertos sectores y reducido la presión social. 4. Fragmentación de la oposición. La oposición venezolana ha estado dividida en estrategias y liderazgo, lo que ha debilitado su capacidad de movilización. Intentos como el de Juan Guaidó no lograron consolidar una transición. 5. Cambio de enfoque internacional: Muchos países han optado por negociaciones y diálogo, en lugar de confrontación directa. Incluso EE.UU. ha flexibilizado algunas sanciones en busca de acuerdos energéticos.
En resumen, la salida de Maduro no depende solo de la voluntad de Trump o de presiones externas, sino de una red de factores internos y geopolíticos que hacen que cualquier cambio sea lento y difícil.
¿QUÉ PASA SI TRUMP Y EE. UU NO LOGRAN IMPONERSE ?

Si Donald Trump no logra imponerse en su objetivo de remover a Nicolás Maduro del poder, las consecuencias pueden manifestarse en varios niveles — geopolítico, regional y doméstico: 1. Persistencia del régimen, Maduro se fortalece al resistir la presión internacional, lo que podría consolidar aún más su control interno. Mayor legitimación internacional por parte de aliados como Rusia, China, Irán y algunos países latinoamericanos. 2. Impacto en la política exterior de EE. UU: Fracaso simbólico para Trump, especialmente si ha hecho de Venezuela una prioridad en su discurso. Reducción de influencia regional, ya que otros gobiernos podrían ver a EE.UU. cómo menos capaz de moldear el destino político de América Latina. Posible giro hacia el pragmatismo, con negociaciones más abiertas con el régimen venezolano para temas energéticos o migratorios. 3. Tensiones internas en Venezuela: La oposición podría fragmentarse aún más, al perder apoyo externo decisivo. Descontento social podría aumentar si las condiciones económicas no mejoran, aunque sin garantías de cambio político. 4. Migración y crisis humanitaria: Continúa el éxodo de venezolanos, presionando a países vecinos como Colombia, Brasil, Perú y Ecuador. EE.UU. podría enfrentar más presión migratoria, especialmente en estados fronterizos. 5. Reconfiguración de estrategias: Trump y sus aliados podrían replantear su enfoque, usando sanciones más específicas, apoyo a actores internos o incluso negociaciones discretas.
En resumen, si Trump no logra imponerse, Maduro podría mantenerse en el poder a mediano plazo, y EE.UU. tendría que ajustar su estrategia para lidiar con una Venezuela que sigue siendo un actor incómodo en la región.