La unidad antigrafitis cumple un año con un balance positivo identificados 700 infractores

Desde que nació este grupo especializado en la protección de Patrimonio Urbano de la capital, los atestados policiales han incrementado de 17 a 117 y han pillado a vándalos dañando lugares como la Plaza de la Villa o el Arco de la Victoria

Sprays, rotuladores y tintas. Estos tres artilugios componen el manual de iniciación del grafitero. Las fachadas, papeleras o paneles son los blancos perfectos para este tipo de vándalos que operan en Madrid. Hasta que la Policía Municipal de Madrid vio nacer hace un año su unidad antigrafitis para estrechar el cerco a los delincuentes bote en mano.

La Sección de Protección del Patrimonio Urbano de Policía Municipal (Sepropur), perteneciente a la Comisaría de Medio Ambiente del Cuerpo local, dio sus primeros pasos con una idea clara: proteger el patrimonio urbano de Madrid «ante cualquier acto que produzca su degradación como la vandalización estética».

En estos 12 meses de trabajo policial poniendo la lupa en las paredes, bancos y semáforos de la capital, la brigada Sepropur ha culminado el año con resultados «muy positivos» a ojos del Ayuntamiento de Madrid. Los agentes medioambientales han identificado a casi 700 infractores. Así como 264 expedientes, 384 denuncias, 42 investigados y 200 vigilancias. En esta línea, las autoridades trabajan codo coa ven codo con los juzgados de instrucción, remitiendo 117 atestados, y con la Fiscalía de Medio Ambiente, con nueve, por delitos de daños.

La comisaria jefa de la Comisaría de Medioambiente de la Policía Judicial, María Luisa Robles, indica a GRAN MADRID que no hay un perfil concreto del infractor. «Hay gente de todo tipo. No necesariamente es la imagen del típico joven rebelde. Hay gente mayor que lo hace por adrenalina. Es como una droga para ellos. Hemos cazado hasta a galeristas muy importantes».

Robles comenta que los grafiteros, que no suelen responder de forma violenta ante la presencia policial, tienen fichados a parte de sus agentes: «Cuándo les ven llegar les dicen: ‘¿Sois los de Sepropur? Me habéis pillado'».

Por su parte, la vicealcaldesa de Madrid y delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, ha señalado que con la creación de esta unidad hace un año han cumplido un compromiso electoral, en el que buscaban «defender el patrimonio de la ciudad ante cualquier acto que produzca su degradación como la vandalización estética con pintadas y grafitis y los daños que ocasionan.»

La edil madrileña ha ensalzado las labores de los 39 agentes que componen la patrulla antigrafitis. Previo al nacimiento de Sepropur, se realizaron 17 atestados policiales, los cuales han incrementado notablemente hasta los 117.

Según los datos del Consistorio madrileño, durante 2021, en Madrid se realizaron servicios municipales de limpieza para eliminar pintadas vandálicas sobre 167.693 m2 de fachadas de edificios, que se elevaron en 2022 a 321.862 m2 (un 92 % más que el año anterior). Durante 2023, último año completo, esta limpieza sobre fachadas pintadas alcanza ya los 722.534 m2, un 124,5 % más que en 2022.

Y entre las zonas más ilustres de la capital que se han visto azotadas por este tipo de delincuentes se encuentran dos individuos investigados por plasmar sus firmas en la parte posterior de la plaza de la Villa y en el monumento a las víctimas de Mauthausen; una decena de investigados por dañar el Museo de América, declarado Bien de Interés Cultural, y la operación en el parque de la Cuña Verde (Latina) con cinco denunciados e intervenciones de cerca de 200 sprays. «También en el Arco de la Victoria de Moncloa y en la zona de Casa de Campo», añade la comisaria Robles.

Las autoridades recuerdan lo caro que sale realizar pintadas y daños al patrimonio. Las multas oscilan, con la primera pintada, entre los 600 y 3.000 euros. Individuos reincidentes que acumulen denuncias pueden ser sancionados con hasta 20.000 euros en total.

En el terreno penal, se reservan aquellos casos donde los daños se hayan producido in fraganti sobre edificios protegidos, estatuas o paramentos con especial protección, castigados con hasta cuatro años de prisión en función del daño causado.

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Valeria Talavera. – Asistente Web Digital

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