Un 28% de los jóvenes tiene como mucho la educación obligatoria

España es un país de universitarias. Es uno de los datos más llamativos del informe anual sobre educación que publica la OCDE y que señala que el 60% de las jóvenes entre 25 y 34 años tiene un grado, máster o un doctorado, la segunda mayor tasa de los países analizados. La cruz está entre quienes no alcanzan el nivel de secundaria superior (Bachillerato o FP de grado medio) que es de casi un 28%, el doble que la media de la OCDE.
El nivel educativo en España sigue mejorando , aunque lentamente, especialmente entre los jóvenes: un 49% tiene un título universitario o de FP superior. El porcentaje es mayor entre las mujeres y especialmente relevante entre las universitarias que ya son 6 de cada 10 en ese tramo edad, 4 puntos por encima de la media de la OCDE. “En España casi la mitad de la población joven (25-34 años) está titulada en educación terciaria (48,7 %), por encima de las medias OCDE (46,9 %) y UE22 (45,9 %). Los porcentajes de población de 25 a 34 años de edad con educación terciaria han aumentado en España desde el año 2000, pasando del 34,0 % al 48,7 %. Este crecimiento de 14,7 puntos porcentuales ha sido inferior al realizado por las medias internacionales de la UE22 y OCDE, que han crecido en torno a 21 puntos porcentuales durante la última década”.

Entre las mujeres 25 a 34 años el 60% tiene estudios universitarios grado, máster y doctorado: “La diferencia en España entre la proporción de hombres y la de mujeres con un nivel de educación terciaria es de 11,4 puntos porcentuales a favor de las mujeres, menor que en la media de países OCDE, que es de 12,7 puntos porcentuales, y de la UE22, que es de 14,5 puntos”. España tiene además la mayor brecha de género entre quienes tiene sólo estudios primarios: ” Para el nivel educativo inferior a la segunda etapa de educación secundaria, la diferencia son 10,6 puntos porcentuales más de hombres (32,9 %) que de mujeres (22,4 %). Estos valores suponen la mayor diferencia entre géneros en este nivel educativo en los países analizados. En la media OCDE y UE22, la diferencia de género está en 3,5 y 3,6 puntos porcentuales, respectivamente”.

El talón de Aquiles de España sigue estando, precisamente, en ese porcentaje de jóvenes que se queda sólo con la educación obligatoria y que es del 27,7%. La cifra ha mejorado 7 puntos respecto a 2011 cuando era del 35% pero sigue siendo el doble de la media de la OCDE y más del doble en comparación con la UE22. El problema está en la falta de titulados de nivel medio. Según los datos del informe “en España solamente el 23,2 % tiene como titulación máxima la segunda etapa de educación secundaria, mientras que la media de la OCDE alcanza el 42,1 % de la población, llegando al 45,8 % en la UE22. Estas diferencias se deben a que la mayor parte del alumnado español elige cursar Bachillerato, el cual tiene un propósito claro de preparación para estudios superiores, siendo menos los que optan por una formación profesional de grado medio”. A pesar de esa diferencia España ha acortado la brecha por lo que la OCDE señala que “los últimos datos apuntan a un ligero crecimiento que, de consolidarse, podría favorecer un mayor equilibrio en el nivel de educación de la población adulta española”.

El coste de la educación
El informe Panorama de la Educación 2022 , publicado este lunes, analiza la inversión hasta 2019 y España – en ese año – sigue por debajo tanto en gasto por alumnos como en inversión respecto al PIB de la media de los países más ricos. “De media en la OCDE, el gasto por estudiante desde la educación primaria a la educación terciaria es de 11 971 dólares al año en instituciones públicas y de 12 415 dólares en instituciones privadas, muy similares a los datos de la UE22. En ambos casos, el gasto total por estudiante en instituciones privadas es ligeramente superior. Sin embargo, en España el gasto por estudiante en instituciones privadas es menor que en las públicas: 8298 dólares en las privadas frente a 11 685 dólares en las públicas. Del gasto total en instituciones públicas en España, las familias asumen el 10 % (1119 dólares), mientras que, en las instituciones privadas, el gasto de las familias es el 54 % del total (4469 dólares) y el resto es asumido por fondos públicos destinados a centros privados”, dice el informe en su versión para España.

El documento también afirma que “las familias españolas cubren el 12 % de los gastos en educación primaria, secundaria y postsecundaria no terciaria siendo el porcentaje mayor que el de la media de la OCDE (7 %) y la media de la UE22 (5 %)”. Es decir las familias españolas asumen el doble de gasto que la media de la OCDE y la UE en la enseñanza obligatoria, Bachillerato y FP de grado medio. La brecha no es tan grande en el caso de los estudios superiores con respecto al resto de países: “En el caso de la educación terciaria, la financiación privada es sensiblemente superior a la de las etapas anteriores. La financiación de origen público se queda en el 66 % de media en los países de la OCDE, alcanza el 75 % de media en los países de la UE22 y el 65 % en España. En este nivel educativo, los países se apoyan más en la participación de otras entidades privadas diferentes a los hogares, puesto que estas se benefician igualmente de la formación de la población. El 9 % de la financiación de la educación terciaria proviene de estas fuentes privadas de media en la OCDE, siendo el 7 % en la UE22 y el 3 % en el caso de España”.

España sufrió el mayor hachazo durante la crisis de 2008

El documento también sitúa a España como el país que sufrió el mayor recorte en educación de la organización, especialmente entre 2011 y 2015 : “La recesión económica posterior a la crisis de 2008 afectó de distinta manera a los países. Por ejemplo, en España, entre 2011 y 2019 el peso del gasto en educación con fondos públicos sobre el total se ha reducido en 6,3 p.p., siendo esta la mayor reducción entre los países de la OCDE. Por el contrario, el gasto privado ha crecido en 6,3 p.p. La mayor parte de esta bajada corresponde al periodo entre 2011 y 2015 (-6,1 p.p.), mientras que entre 2015 y 2019 la reducción es poco relevante (-0,2 p.p.)”.

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AndreaB. – Asistente Web Digital

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