Un nuevo estudio de gran envergadura publicado por The Lancet Neurology muestra que, en 2021, más de 3000 millones de personas en todo el mundo vivían con alguna afección neurológica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) contribuyó al análisis de los datos del Estudio sobre la Carga Mundial de Morbilidad, Lesiones y Factores de Riesgo (CMM) de 2021.
Actualmente, las afecciones neurológicas son la principal causa de mala salud y discapacidad en todo el mundo. Desde 1990, se ha registrado un incremento del 18% del volumen total de discapacidades, enfermedades y muertes prematuras (lo que se conoce como años de vida ajustados en función de la discapacidad, AVAD) causadas por afecciones neurológicas.
Más del 80% de los casos de muerte y mala salud por motivos neurológicos se producen en países de ingreso bajo y mediano, y el acceso al tratamiento es muy variable: los países de ingreso alto tienen hasta 70 veces más profesionales neurológicos por cada 100 000 habitantes que los países de ingreso bajo y mediano.
«Las afecciones neurológicas causan un gran sufrimiento a las personas y familias que las padecen, y sustraen capital humano a las comunidades y economías,» dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Este estudio debe servir de llamada urgente a la acción para ampliar las intervenciones específicas destinadas a ofrecer acceso a la atención, el tratamiento y la rehabilitación de calidad que necesitan el número, cada vez mayor, de personas que viven con afecciones neurológicas. Es más importante que nunca asegurarnos de que la salud cerebral se comprenda, valore y proteja mejor, desde la primera infancia hasta la edad adulta.»
En 2021, las diez afecciones neurológicas que más contribuyeron a la pérdida de salud fueron los accidentes cerebrovasculares, la encefalopatía neonatal (lesión cerebral), la migraña, la demencia, la neuropatía diabética (lesión nerviosa), la meningitis, la epilepsia, las complicaciones neurológicas derivadas del parto prematuro, el trastorno del espectro autista y los cánceres del sistema nervioso.
En general, las afecciones neurológicas provocan más discapacidad y pérdida de salud en los hombres que en las mujeres, si bien hay algunas afecciones, como la migraña o la demencia, que afectan de manera desproporcionada a las mujeres.
Desde 1990, ha aumentado el número absoluto de personas que viven con afecciones neurológicas o que mueren debido a ellas, mientras que las tasas de AVAD normalizadas por edades han disminuido. Este dato significa que el aumento de las cifras absolutas se debe, principalmente, al cambio demográfico y al incremento del tiempo de vida de las personas.
La neuropatía diabética fue la afección neurológica que aumentó con más rapidez. Desde 1990, el número de personas que padecen neuropatía diabética en todo el mundo se ha multiplicado por más de tres, hasta alcanzar los 206 millones de casos en 2021. Este incremento está en consonancia con el que ha registrado la diabetes a nivel mundial. Hay otras afecciones, como las complicaciones neurológicas derivadas de la COVID-19 (por ejemplo, el deterioro cognitivo y el síndrome de Guillain-Barré), que antes no existían y que ahora representan más de 23 millones de casos.
Al mismo tiempo, la pérdida de salud y la carga neurológicas derivadas de otras afecciones disminuyeron un 25% o más desde 1990, lo que se debió a la mejora de la prevención (en parte, gracias a las vacunas), la atención y la investigación: tétanos, rabia, meningitis, defectos del tubo neural, accidentes cerebrovasculares, neurocisticercosis (infección parasitaria que afecta al sistema nervioso central), encefalitis (inflamación del cerebro) y encefalopatía neonatal (lesión cerebral).
El estudio también examinó 20 factores de riesgo modificables de afecciones neurológicas potencialmente prevenibles, como los accidentes cerebrovasculares, la demencia y la discapacidad intelectual idiopática.
La eliminación de los factores de riesgo clave (sobre todo, la presión arterial sistólica elevada y la contaminación atmosférica y del aire doméstico) podría evitar hasta el 84% de los AVAD debidos a los accidentes cerebrovasculares. Del mismo modo, prevenir la exposición al plomo podría reducir un 63,1% la carga de discapacidad intelectual idiopática, y rebajar los niveles elevados de glucosa plasmática en ayunas podría reducir un 14,6% la carga de demencia. El tabaquismo contribuyó significativamente al riesgo de padecer un accidente cerebrovascular, demencia y esclerosis múltiple.
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Carmen Moreno. – Asistente Web Digital