La FAPA Giner de los Ríos presenta una denuncia administrativa ante Sanidad y Educación por “la especial vulnerabilidad a la que están expuestos los menores y sus familias”
Los contagios de covid en las aulas madrileñas se han multiplicado a la vuelta de las Navidades, al tiempo que entró en vigor un nuevo protocolo que mantiene las clases hasta que no se produzcan cinco o más positivos. A juicio de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado de la Comunidad de Madrid (FAPA) Giner de los Ríos, mayoritaria en el sector, estas dos primeras semanas de clase han evidenciado la “total ineficacia” del nuevo procedimiento y la “especial situación de vulnerabilidad a la que están expuestos los menores y sus familias”, por lo que han presentado una denuncia por la vía administrativa ante las Consejerías de Sanidad y de Educación en la que exigen su revisión.
La presidenta de la FAPA, María del Carmen Morillas, tilda de “caótico” el comienzo del segundo trimestre y opina que el protocolo “se ha suavizado mucho, a pesar de que seguimos en una pandemia”. Ante la aparición de un brote en clase, es decir, de tres contagios relacionados entre sí, Salud Pública la pone en cuarentena “cuando hay una asociación de casos igual o superior al 20% de alumnos”, explica un portavoz de Sanidad. Con una ratio de 25 alumnos, equivale a cinco positivos en un aula.
Según el último dato de la Consejería Educación, que data del pasado jueves 20, el porcentaje de alumnos y profesores en cuarentena ronda el 3%. Eran 36.522 alumnos, un 2,94% del total, y 2.504 profesores, un 3,13%. Las aulas cerradas ascendían a 599, un 0,92 % del total. La consejería distingue entre los “positivos confirmados” y quienes están en cuarentena “por ser contacto estrecho de un positivo o tener sospechas de que puedan tener el virus al presentar síntomas”. Así, el jueves había 27.756 alumnos positivos, un 2,23%, mientras que los docentes positivos eran 3.275, una cifra que eleva el porcentaje al 4,09 % del profesorado regional.
“Los menores de nueve años conforman el grupo de edad con una mayor tasa de incidencia acumulada (habiéndola duplicado en los últimos 15 días), seguidos muy de cerca por los menores de 10-19 años y los adultos de 30-49 años”, subraya al respecto la FAPA, que considera especialmente grave que no se hagan pruebas diagnósticas a los contactos estrechos de un positivo, como ya denunciaron al inicio de curso 2020/21.
A esta ausencia de pruebas, “se suma la exención de las cuarentenas de aula por positivo en Infantil y Primaria, salvo en caso de brotes establecidos por Salud Pública, y el traslado al ámbito familiar del seguimiento y vigilancia de los síntomas”. La Giner de los Ríos recuerda que “los criterios científico-técnicos para un correcto control de la pandemia siguen recomendando realizar test diagnósticos, rastreo de contactos y el aislamiento de los casos confirmados de manera simultánea y coordinada”, pero nada de esto se hace.
Morillas defiende que se hagan test de antígenos a los contactos estrechos cuando haya un positivo en una clase en lugar de esperar a que haya tres casos para comunicarlo a la Dirección General de Salud Pública, con el fin de que decida si se debe confinar el aula o no. “Ha habido casos de centros educativos en Madrid con tres positivos que, cuando Salud Pública les ha comunicado que tenían que cerrar el aula, ya tenían 15 positivos, porque están saturados y tardan varios días en contestar”, señala la presidenta de la FAPA en declaraciones a Efe.
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Valeria T. – Asistente Web Digital