Los epidemiólogos llaman a la precaución en las celebraciones pre navideñas tras el evento supercontagiador de Málaga

La subida de la incidencia hace cada vez más probable que en un encuentro haya una persona infectada y propague el coronavirus

Una comida navideña, un brote y, al menos, 68 infectados. La propagación del coronavirus en la celebración del personal del Hospital Regional de Málaga, a la que acudieron 173 profesionales del equipo de UCI, es un buen ejemplo de los riesgos de las próximas semanas en España: eventos supercontagiadores que impulsen la curva de infecciones hacia arriba, no necesariamente ocasionando hospitalizaciones inmediatas según fuentes sanitarias, todos los afectados están leves o asintomáticos, pero sí cuarentenas, trastornos laborales y un aumento de la saturación de los servicios de primaria y salud pública. Es una llamada de atención que sirve a los epidemiólogos para recordar lo que repiten las autoridades sanitarias: el SARS-CoV-2 sigue circulando y si se relajan las medidas en un periodo de muchos encuentros sociales (puente, cenas de empresa, Navidad…) habrá consecuencias.

El Ministerio de Sanidad no tiene por el momento intención de imponer limitaciones drásticas y espera que la situación quede controlada con las medidas que las comunidades ya tienen a su alcance. Por el momento, han hecho caso omiso a un documento del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, dirigido por Fernando Simón, que recomendaba el pasado 30 de noviembre “establecer límites en el número de participantes en eventos públicos y sociales, especialmente durante las celebraciones de las fiestas navideñas”. La ministra, Carolina Darias, hizo la semana pasada una llamada a la vacunación y a la prevención, reforzando las medidas que han sido útiles, como la mascarilla, cuyo uso en exteriores enfatizó cuando no se pueda mantener la distancia en fechas en las que las aglomeraciones en las calles son frecuentes, como se ha puesto de manifiesto en este puente en las grandes ciudades españolas.

Una alta transmisión comunitaria afecta a muchos aspectos de la vida, como recuerda Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. “Por ello, hay que seguir vacunando a los no vacunados [el ritmo ha aumentado algo desde que algunas comunidades comenzaron a pedir el certificado covid], acelerar los booster [dosis de refuerzo] de vacunación y ampliarlos por debajo de los 60 años, empezar cuanto antes con los niños para protegerlos a ellos, y sobre todo, reducir la transmisión y reforzar las medidas de prevención no farmacológicas [distancia, mascarilla, aforos, ventilación]”, enfatiza.

Cuáles sean las consecuencias de esta sexta ola dependerá del nivel de propagación del coronavirus. En una población mayoritariamente vacunada, el riesgo una saturación generalizada de los hospitales es más improbable. Con una incidencia acumulada (IA) en España de 248 casos por 100.000 habitantes en 14 días (y subiendo), la situación en la mayoría de comunidades todavía es de riesgo bajo, pero siete ya han llegado a medio, según el semáforo covid del Ministerio de Sanidad. La repercusión será muy distinta si la IA llega a los 500 casos que si alcanza los 1.000 o los 2.000. Y esto depende en buena medida del comportamiento de los ciudadanos.

Una llamada de atención

Tanto el brote malagueño como la nueva variante ómicron pueden suponer un toque de atención, más allá de que se desconozca qué repercusión puede tener esta última y de que su presencia en España sea todavía anecdótica.

En Málaga, muchos restaurantes ya están notando cancelaciones de fiestas navideñas, informa Nacho Sánchez. La mayoría de los hospitales ya las han suspendido; y, más allá de eso, varios establecimientos consultados han asegurado que les han anulado varias reservas de entre 50 o 60 comensales, que habían reservado el establecimiento al completo, pero que, a última hora, han decidido suspender. “Todos nos dicen lo mismo: que las empresas, que eran las que pagaban la comida, tienen miedo a los contagios”, cuenta un chef de la capital.

Habrá que esperar para comprobar si estas primeras sensaciones se extienden por el resto del país. El sector de la hostelería esperaba un buen mes de diciembre, con una facturación prevista de unos 10.000 millones de euros, lo que sería un 10% menos que en diciembre de 2019. Supondría una enorme remontada con respecto a 2020, en el que cayó un 50% con respecto al último año sin pandemia. Pero la subida de la curva amenaza de nuevo al sector.

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Valeria B. – Asistente Web Digital