Según la tradición, la imagen de Santa María de la Real de la Almudena, que anteriormente había sido denominada como «Santa María la Mayor», fue encontrada en el año 1085 durante la conquista de la ciudad de Madrid por el rey Alfonso VI de León en uno de los cubos o torreones adosados a la dicha muralla árabe, cerca de la Puerta de la Vega.
A pesar de no existir datos exactos sobre la antigüedad de la talla como del culto, existen documentos que indican que al menos tres siglos antes de ser encontrada fue ocultada por decreto del arzobispo Raimundo de Toledo.
Existen varias tradiciones acerca del origen del nombre y la imagen. La primera cuenta que en el 712, antes de una supuesta toma de Madrid por los árabes, los habitantes de la Villa tapiaron una imagen de la Virgen en los muros de la muralla, para esconderla de los árabes. Con la Reconquista de la ciudad en el s. xi d. C. por el rey Alfonso VI, se propusieron encontrar la imagen oculta. Después de días de plegarias, y mientras una procesión pasaba por la Cuesta de la Vega, el fragmento de muralla donde se encontraba cayó derruido, mostrando la imagen, que permanecía intacta y con las dos velas con las que había sido tapiada aún encendidas a pesar de los siglos transcurridos.[5] Este tipo de leyendas proliferan en el siglo xiii de la mano de autores como Rodrigo Jiménez de Rada. Una leyenda similar atañe a la antigua mezquita del Cristo de la Luz en Toledo, donde se dijo encontrar una imagen en circunstancias similares.
Nuria Ríos Directora Cooperando