La infanta Cristina, totalmente borracha en el Club de Mar

La hija del emérito Juan Carlos se toma al pie de la letra eso de ‘beber para olvidar’

La agitada vida amorosa del rey emérito Juan Carlos I es un secreto a voces cientos de veces contado. Han corrido ríos de tinta acerca de las aventuras del ‘campechano’ al margen de su matrimonio con la reina Sofía. Una serie de historias que han hundido y humillado a la emérita. Aunque mantiene el tipo en sus apariciones públicas, la procesión va por dentro. Pero Sofía no es la única que lo ha pasado mal con esta situación.

Tal y como relató Pilar Eyre en uno de sus artículos en la revista Lecturas, las informaciones sobre la actividad del emérito Juan Carlos fuera del lecho conyugal “no son chismes, sino informaciones de una alta personalidad del Estado, además de confidente del rey”.

El rey Juan Carlos daba rienda suelta a su pasión sin condiciones
Contaba la periodista que las mujeres eran la debilidad de Juan Carlos. Y que incluso el general era consciente de ello. La condesa Olghina de Robilant fue su primera amante que escribió sobre su vida íntima. Tuvieron cuatro años de relaciones esporádicas hasta días antes de casarse con Sofía. La primera vez que tuvieron relaciones fue en el asiento trasero del Volkswagen amarillo de don Juanito durante un fin de año en Cascaes (Portugal). Juan Carlos tenía 18 años en ese momento y se notaba que tenía experiencia y sabía cómo hacer el amor. Aunque la princesa María Gabriela de Saboya era su novia oficial en esos años, alternaba con chicas de la sociedad portuguesa y modelos brasileñas.

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AndreaB. – Asistente Web Digital

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