La inclusa de Madrid de las niñas que fabricaban chocolate

A comienzos del siglo XIX un cincuenta por ciento de la población española era pobre. Una situación de calamidad que suponía el abandono de un gran número de niños a las puertas de las iglesias y portales. Para intentar asegurar la supervivencia de estos pequeños se había creado en 1567 en Madrid la Casa de Expósitos de San José, fundada por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. La institución era popularmente llamada la Inclusa, una palabra procedente de “Enkuissen”, la localidad holandesa desde la que un soldado trajo la imagen de la virgen que fue colocada en la capilla.

Amas de cría en la Inclusa

Con el paso de los años, un 19 de septiembre de 1679 se fundó el Colegio de la Paz para completar la educación y el desarrollo de las niñas procedentes de la Inclusa. Aquella fundación del Colegio fue posible por la disposición testamentaria de la Duquesa de Feria.

Con ese fin se adquirió la casa y los solares de la calle Embajadores, situados detrás de la Inclusa. Con el paso de los años, y tras múltiples problemas, hubo de cerrarse el Colegio, tras un siglo de funcionamiento; y no sería hasta que la Junta de Damas, en el año 1799, al encargarse de la dirección y gobierno de la Inclusa, lo estableció en la calle del Prado, desde donde se trasladó al edificio de su fundación en la calle de Embajadores, formando desde entonces con la Inclusa una sola institución.

La necesidad era mucha, y el espacio escaso. De ahí que al Colegio de la Paz asistiesen no solo las niñas procedentes de la Inclusa. También estaba un grupo de colegialas externas, formado por chicas mayores de 14 años procedentes de los pueblos y las colegialas internas mayores de 19 años, que reúnan condiciones para ejercer una profesión fuera del establecimiento. La calle era un espacio aún más duro que hoy en día, y la Inclusa, pese a su mala fama… era mejor que el exterior. Estas colegialas acudían durante el día al taller, fábrica u oficina donde trabajaran, permaneciendo en la Institución hasta la edad de 23 años, y después, en la calidad de pensionistas, si así lo estimaban.

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AndreaB. – Asistente Web Digital

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