A uno de los intérpretes de este clásico navideño le pasó de todo en el rodaje
Cuando llegan la temporada navideña, también lo hacen los clásicos cinematográficos dignos de estas fechas. Como, por ejemplo, Mi pobre angelito. Da igual que nos sepamos los diálogos de memoria y su desenlace, es un ritual casi obligado que no puede faltar.
A la nostalgia que trae consigo esta cinta de Chris Columbus, se suman las risas descontroladas que provocan algunas de su míticas escenas. Pero, ojo, porque no todo fueron carcajadas, sobre todo para uno de sus actores, quien, años más tarde, contó las situaciones que vivió y que fueron de todo menos cómicas.
En 1990 llegaba a las carteleras Mi pobre angelito, la comedia más taquillera de todos los tiempos hasta que en 2011 le arrebató el título la segunda entrega de ¿Qué pasó ayer? La historia cuenta cómo Kevin MacCallister, interpretado por Macaulay Culkin, sobrevive solo en su mansión de Nueva York una Navidad tras ser olvidado por su familia numerosa. Ya en el avión, rumbo a Francia de vacaciones, su madre se da cuenta de que el pequeño no está, y ahí arranca esta fascinante aventura.
El resto ya lo sabemos. Bueno, no todo. Pocos imaginan que detrás de un cuento navideño tan divertido se esconden historias menos graciosas. Pero las hay y muy curiosas. Uno de sus protagonistas, que no es precisamente el pequeño angelito, vivió momentos ciertamente incómodos y situaciones que se han dado a conocer con el paso de los años por sus compañeros y el propio protagonista. Hablamos de Joe Pesci, el malvado ladronzuelo Harry que, en su intento por hacer la vida imposible a Kevin y robar su casa, termina lesionado y en prisión.
Acostumbrado a ejercer de mafioso en obras maestras del cine como Toro salvaje o Buenos muchachos, probó cambiar de registro. Y, aunque seguía siendo uno de los malos, esta vez había que combinarlo con la comedia y restarle drama. Todo un reto actoral que reconoció haber disfrutado. “Fue un cambio de ambiente agradable hacer este tipo de comedia circense”, expresó en una entrevista con la revista People en 2022. La misma en la que aseguró que también le tocó pasar por momentos menos chistosos.
En esta cinta no rodaban los cadáveres por el suelo ni había tiroteos como en otras de sus películas, pero existían otros retos que le demandaban mucho como actor. “Las historias de Mi pobre angelito representaban una comedia que requerían más actividad física y, por lo tanto, era más exigente en ese sentido”, apuntó Pesci en esta entrevista. Como recordarán, se refiere a las escenas de golpes, saltos y otros menesteres físicos a los que tuvo que someterse tanto él como su compañero de aventuras, Marvin, el segundo ladrón interpretado por Daniel Stern.
En medio de ese enfrentamiento entre el pequeño Kevin y estos bandidos de segunda, sucedió lo inesperado. Cuando toca rodar la escena en la que al protagonista se le ocurre la idea de prender fuego la coronilla de su travieso ladrón, el fuego hizo de las suyas y el actor sufrió algunas quemaduras que todavía recuerda. “Además de los esperados chichones, moretones y dolores normales que se asocian a este típico de humor físico, en mi caso sufrí serias quemaduras en mi cabeza durante la escena donde el gorro de Harry sale ardiendo”, relató a People.
Aunque Pesci y Stern tenían dobles para las escenas exigentes, esa parte en concreto la hizo él y pasó lo que pasó. Todo quedó reducido a unos pequeños daños que no llegaron a mayores y a una anécdota que hoy puede contar con una sonrisa. “Afortunadamente, tenía un doble para hacer las escenas difíciles de verdad”, añadió agradecido años después.
Proporcionado por yahoo.com – La noticia completa aquí
Carmen. – Asistente Web Digital