La finalización de los contratos de explotación de numerosos tramos de autopista en España ha permitido que dejen de ser de pago
Hasta la entrada de España en la Unión Europea y la llegada de los fondos comunitarios para la construcción de autopistas y autovías, los peajes eran el formato elegido para la construcción de la mayor parte de las carreteras de alta capacidad.
De esta forma se optaba por otorgar la licencia de construcción de grandes carreteras a empresas que posteriormente serían las adjudicatarias para los contratos de explotación vía peajes, un gran negocio entonces en un país en el que para ir de Madrid a La Coruña necesitabas más de diez horas.
Aceleró la vida
El Gobierno daba estas concesiones por períodos de tiempo comprendidos entre 20 y 40 años, aunque también era habitual su renegociación cuando se realizaban obras de mantenimiento y mejora.
De esta forma, en 1963 Franco inauguraba el túnel de Guadarrama, una obra épica que permitía atravesar la sierra del mismo nombre a través de una carretera de doble sentido de 2.866 metros, uniendo Castilla-León con Madrid sin necesidad de subir al alto de los Leones, un paso mítico y muy complicado por la nieve.
Ampliaciones constantes
El paso del tiempo exigió la mejora y ampliación de la carretera, que ahora cuenta con tres túneles diferentes, obras financiadas en gran medida mediante este mecanismo de peajes. El tramo se integró posteriormente dentro del gran peaje de la AP-6, Villalba-Villacastín-Adanero.
La última concesión de este tramo data del 5 de noviembre de 1999, una cesión de 30 años que termina en 19 de noviembre de 2029, fecha en la que el Ejecutivo recupera los derechos sobre el cobro en el mismo.
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Carmen Moreno. – Asistente Web Digital