El USMNT claudicó en un partido volcánico, violento y emocionante, en el que ocurrió de todo. Expulsiones a Weah y Carrasquilla. Turner, lesionado. El pase a cuartos de final quedó en entredicho.
La batalla de Atlanta. Estados Unidos perdió algo más que tres puntos en el que fue, quizá, el mejor partido de la Copa América 2024. También el más feroz, imprevisible y salvaje.
Fútbol de Concacaf, pues. Fajardo, con un gol cercano al epílogo, puso patas arriba el grupo C de la Copa. Y, quizá, al segundo proyecto de Berhalter, que hasta ahora discurría por aguas calmas.
La tarde se deformó desde la expulsión de Weah y degeneró hasta un final angustiante y violento. Sólo el silbatazo final de Barton evitó un baño de sangre.
En sólo siete minutos ya habían pasado muchas cosas en la cancha del Mercedes-Benz. Más que en 90 minutos de otros partidos de Copa América. Panamá, envalentonada, golpeó la mesa nada más sentarse; Guerrero desbordó a Scally y una carambola dejó la pelota en el aire para que Bárcenas ensayara una chilena maltrecha y malintencionada. La pelota se bamboleó en las redes superiores de Turner. Dos minutos después, Pulisic, mariscal, levantó la mano derecha en señal casi militar: Richards se irguió sobre Córdoba y Mosquera se prodigó por los aires, pero no contó con que McKennie tenía lista la zurda. Gol que el VAR se encargó de diluir: Tim Ream, devolvió la pelota en juego tras la contención del guardameta canalero, había sacado provecho de su posición ilegal.
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Carmen Moreno. – Asistente Web Digital