3 claves para entender la creciente tensión entre Irán y Pakistán

Un nuevo foco de tensión se abrió esta semana en Medio Oriente.

Irán y Pakistán, dos potencias armamentísticas vecinas, atacaron objetivos específicos a cada lado de sus fronteras, provocando preocupación internacional sobre un conflicto más amplio en la región.

Los sucesos se producen en una semana en que Irán llevó a cabo operaciones militares en tres países distintos: Siria, Irak y Pakistán, y en un contexto conflictivo en varios puntos de la región.

Israel está en guerra contra el grupo palestino Hamás en Gaza e intercambia fuego frecuente con el grupo Hezbolá, respaldado por Irán, en Líbano.

Otros grupos apoyados por Irán en Irak y Siria han atacado objetivos militares estadounidenses.

El intercambio iraní-pakistaní se desató el pasado martes, cuando Irán atacó objetivos vinculados a un grupo militante en la provincia de Baluchistán, en el occidente de Pakistán.

Dos niños murieron y otros tres resultaron heridos en el ataque, según funcionarios pakistaníes.

Irán insistió en que su objetivo no eran ciudadanos pakistaníes, sino solo Jaish al Adl, un grupo sunita étnico baluche que ha organizado ataques en Irán y contra fuerzas gubernamentales pakistaníes en el pasado.

Jaish al Adl se ha atribuido la responsabilidad de varios ataques contra las fuerzas de seguridad iraníes en el pasado (principalmente en la provincia de Sistán-Baluchistán), e Irán afirma que cuenta con el respaldo de Estados Unidos e Israel.

Pero el gobierno de Pakistán consideró la operación aérea iraní como un “acto ilegal y una violación no provocada de su espacio aéreo». Advirtió que podría conducir a “graves consecuencias”.

Además, retiró a su embajador en Irán y por el momento vetó al embajador iraní a regresar a su país.

Este jueves, Pakistán respondió lanzando misiles contra «escondites terroristas» dentro de territorio iraní, en la provincia fronteriza de Sistán y Baluchistán, donde murieron al menos nueve personas según reportes de medios estatales de Irán.

El ejército pakistaní dijo que, basándose en información de inteligencia, había atacado bases del Ejército de Liberación de Baluchistán y del Frente de Liberación de Baluchistán en Irán, grupos acusados ​​de actividades terroristas dentro de Pakistán.

Explicaron que en esta operación se utilizaron drones suicidas, cohetes, misiles y otras armas, y que se tomaron extremas precauciones para evitar «daños colaterales».

De un modo parecido a las justificaciones que ofreció Irán, Pakistán enfatizó que el propósito de su ataque iba «en búsqueda de su propia seguridad e interés nacional» y que «respetaba la soberanía e integridad territorial» de su vecino.

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Carmen Moreno. – Asistente Web Digital

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